El cuento era otro, aunque nunca me lo hayan contado, aunque
lo haya inventado.
Pero estoy segura que no era así, que no se sentía así…ni
siquiera se olía así.
No existía la oscuridad ni el miedo. Dos enormes brazos se
encargaban de espantar a los fantasmas.
Juro que no era así, o por lo menos…creí que no lo era.
Existía un hogar, una charla matutina, y un abrazo
nocturno.
Los llantos se compartían, y los pasos se aplaudían.
El reflejo no estaba en el espejo, o quizás sí, pero no sólo
allí.
Entiendo que no era así, o por lo menos…imaginé que no lo
era.
Existía el par y las caricias calmaban.
Los rótulos eran para distintos, y no dos para el mismo.
¡Hasta el escenario no era parecido!
Juro, entiendo, creí e imaginé que el cuento no era así,
…Llegó el momento de agarrar su pequeña mano y partir en
búsqueda de nuestro paisaje.Adiós, este cuento no es el nuestro. Allá vamos!!!
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